Un grupo interdisciplinar de profesionales sanitarios (y de otras ramas), tras investigar de manera independiente y profunda sobre cómo está gestionándose la pandemia de Covid, ha escrito e impulsado en manifiesto titulado Por una salida razonable a la crisis de la Covid. Os lo resumo porque merece la pena.
Se trata de personas que afirman que se han dado cuenta que el relato oficial sobre la Covid-19 se sustenta en una considerable cantidad de ocultaciones y falsedades, que hay que llevar a debate y que está sirviendo para conducir a las sociedades contemporáneas hacia el crecimiento de diversas formas de irracionalidad, despropósito y despotismo.
Esta declaración colectiva se publicará en breve con la signatura de las personas que hayan sentido afinidad con sus contenidos.
Después, una vez publicada, muchas otras personas podrán también secundarla, compartiéndola por las redes y firmándola.
Estas personas consideran que algunas de las medidas contra la Covid que se aplican en nuestro país o en otros de nuestro entorno (pasaportes sanitarios, vacunación indiscriminada, etc.) no tienen en estos momentos ni verdadera base científica ni justificación sanitaria alguna.
Y lo que es peor, atentan contra los derechos fundamentales de las personas y han abierto algunas tendencias muy peligrosas para el desarrollo democrático y ecológico de las sociedades contemporáneas.
Durante estos meses, han sido numerosos los científicos y profesionales de innegable reputación que han denunciado la necesidad de tratar la Covid de todas las maneras posibles: profilaxis, tratamiento temprano, tratamiento hospitalario y vacunación, mientras las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) seguidas por nuestro gobierno, han ignorado el tratamiento temprano.
En estos momentos, son miles los doctores de todo el mundo que comunican excelentes resultados en la atención temprana, e incluso en la profilaxis, con protocolos compuestos de medicamentos como la ivermectina, la fluvoxamina, la quercetina, el zinc, la hidroxicloroquina, la melatonina o la vitamina D4.
En países como México, India, Zimbabwe, Madagascar y algunos estados de Perú y Argentina se han usado masivamente kits de tratamiento temprano que han logrado reducir de modo muy significativo los índices de contagios, hospitalizaciones y fallecimientos.
Es oportuno destacar que la ivermectina y otros fármacos que se han usado en tratamiento temprano de la Covid son muy baratos, pues están libres de patente, y sus efectos secundarios son reducidos y bien conocidos, por ser medicamentos muy utilizados desde hace tiempo», explican.
Pero el gobierno español y la mayor parte de gobiernos europeos siguen las directrices de entidades como la OMS y la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) (cuya financiación está muy condicionada por empresas y entidades privadas) sin el menor asomo de crítica.
Después de 19 meses de intensa investigación y numerosos ensayos clínicos con todo tipo de medicamentos, el tratamiento temprano de las personas enfermas de Covid se sigue limitando al confinamiento en el domicilio y el uso de analgésicos hasta que éstas se encuentran tan enfermas que deben ir a un hospital.
En esa fase hospitalaria, según doctores con amplia experiencia en el tratamiento temprano, es mucho más complicado combatir la enfermedad y las posibilidades de curación son mucho menores.
En estas semanas varias empresas farmacéuticas están solicitando autorizaciones de emergencia para la aprobación de nuevos medicamentos sujetos a patente para el tratamiento temprano de la Covid.
A pesar de que han recibido atención generosa en los medios de comunicación, los ensayos que muestran su eficacia son muchos menos que los de otros tratamientos tempranos y su seguridad está muy lejos de tener las garantías de fármacos conocidos desde hace décadas.
El sistema de salud pública apenas se ha reforzado desde el inicio de esta coyuntura. Más bien al contrario, se ha degradado tanto en la atención primaria como en la hospitalaria.
Tampoco se han dedicado esfuerzos sustanciales en la investigación y aplicación de tratamientos tempranos, limitando la acción sanitaria a la vacunación, a la hospitalización de los casos graves, el uso de mascarillas y las restricciones en movilidad y en el derecho de reunión.
Se trata de personas que afirman que se han dado cuenta que el relato oficial sobre la Covid-19 se sustenta en una considerable cantidad de ocultaciones y falsedades, que hay que llevar a debate y que está sirviendo para conducir a las sociedades contemporáneas hacia el crecimiento de diversas formas de irracionalidad, despropósito y despotismo.
Esta declaración colectiva se publicará en breve con la signatura de las personas que hayan sentido afinidad con sus contenidos.
Después, una vez publicada, muchas otras personas podrán también secundarla, compartiéndola por las redes y firmándola.
Estas personas consideran que algunas de las medidas contra la Covid que se aplican en nuestro país o en otros de nuestro entorno (pasaportes sanitarios, vacunación indiscriminada, etc.) no tienen en estos momentos ni verdadera base científica ni justificación sanitaria alguna.
Y lo que es peor, atentan contra los derechos fundamentales de las personas y han abierto algunas tendencias muy peligrosas para el desarrollo democrático y ecológico de las sociedades contemporáneas.
Durante estos meses, han sido numerosos los científicos y profesionales de innegable reputación que han denunciado la necesidad de tratar la Covid de todas las maneras posibles: profilaxis, tratamiento temprano, tratamiento hospitalario y vacunación, mientras las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) seguidas por nuestro gobierno, han ignorado el tratamiento temprano.
En estos momentos, son miles los doctores de todo el mundo que comunican excelentes resultados en la atención temprana, e incluso en la profilaxis, con protocolos compuestos de medicamentos como la ivermectina, la fluvoxamina, la quercetina, el zinc, la hidroxicloroquina, la melatonina o la vitamina D4.
En países como México, India, Zimbabwe, Madagascar y algunos estados de Perú y Argentina se han usado masivamente kits de tratamiento temprano que han logrado reducir de modo muy significativo los índices de contagios, hospitalizaciones y fallecimientos.
Es oportuno destacar que la ivermectina y otros fármacos que se han usado en tratamiento temprano de la Covid son muy baratos, pues están libres de patente, y sus efectos secundarios son reducidos y bien conocidos, por ser medicamentos muy utilizados desde hace tiempo», explican.
Pero el gobierno español y la mayor parte de gobiernos europeos siguen las directrices de entidades como la OMS y la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) (cuya financiación está muy condicionada por empresas y entidades privadas) sin el menor asomo de crítica.
Después de 19 meses de intensa investigación y numerosos ensayos clínicos con todo tipo de medicamentos, el tratamiento temprano de las personas enfermas de Covid se sigue limitando al confinamiento en el domicilio y el uso de analgésicos hasta que éstas se encuentran tan enfermas que deben ir a un hospital.
En esa fase hospitalaria, según doctores con amplia experiencia en el tratamiento temprano, es mucho más complicado combatir la enfermedad y las posibilidades de curación son mucho menores.
En estas semanas varias empresas farmacéuticas están solicitando autorizaciones de emergencia para la aprobación de nuevos medicamentos sujetos a patente para el tratamiento temprano de la Covid.
A pesar de que han recibido atención generosa en los medios de comunicación, los ensayos que muestran su eficacia son muchos menos que los de otros tratamientos tempranos y su seguridad está muy lejos de tener las garantías de fármacos conocidos desde hace décadas.
El sistema de salud pública apenas se ha reforzado desde el inicio de esta coyuntura. Más bien al contrario, se ha degradado tanto en la atención primaria como en la hospitalaria.
Tampoco se han dedicado esfuerzos sustanciales en la investigación y aplicación de tratamientos tempranos, limitando la acción sanitaria a la vacunación, a la hospitalización de los casos graves, el uso de mascarillas y las restricciones en movilidad y en el derecho de reunión.
El manifiesto también afirma que, pesar del alto porcentaje de personas que han sido vacunadas contra la Covid en nuestro país y en otros muchos, el descenso en los índices de contagios y hospitalizaciones no ha sido el esperado.
Aunque la situación en España ha mejorado, los datos demuestran que las vacunas no han sido tan eficaces como algunos prometían y todos hubiéramos querido.
Para que las vacunas permitieran alcanzar la inmunidad de grupo deberían ser capaces de reducir significativamente la transmisión del virus. Si esta premisa no se cumple, la vacunación termina siendo una opción individual, respetable, pero sin repercusiones sociales.
Esto hace que la urgencia por conseguir vacunar a toda la población o la imposición de pases Covid para acceder a espacios públicos se conviertan en medidas absurdas e, incluso, contraproducentes, porque crean una falsa sensación de seguridad.
Ante la gran cantidad de datos que demuestran que las vacunas no son capaces de disminuir la transmisión de la Covid, no tiene ningún sentido implantar «pasaportes de vacunación» que discriminan a las personas que optan por no vacunarse.
¿Y qué piden estas personas en su manifiesto?
1. La inclusión de los tratamientos tempranos en la estrategia para afrontar la Covid.
2. Una moratoria en la vacunación de menores de edad, dado que en ellos la incidencia de la infección es muy reducida y los efectos adversos de la vacunación son más habituales y graves.
3. Los intentos de establecer algún tipo de «pasaporte Covid» y la discriminación de las personas no vacunadas en todo tipo de espacios y servicios públicos deben ser desestimados.
4. No nos parece lógico seguir destinando el grueso del gasto público en salud a nuevas compras de vacunas ni de otros tratamientos caros y poco documentados mientras no se estudien otras posibilidades de tratamiento con fármacos de menor coste y probada seguridad.
5. Reclamamos el libre acceso público a los textos íntegros de los contratos ya establecidos con las multinacionales farmacéuticas.
6. Exigimos un mayor esfuerzo de inversión en el sistema de salud pública, tanto en medios materiales como en personal.
7. Reclamamos, en cuanto sea posible, la eliminación de las medidas de control restrictivas de la movilidad y de las relaciones interpersonales.
Merece la pena que leáis el texto entero, sus peticiones y propuestas y que apoyéis este manifiesto.
Miguel Jara
(Visto en http://www.migueljara.com/)
Aunque la situación en España ha mejorado, los datos demuestran que las vacunas no han sido tan eficaces como algunos prometían y todos hubiéramos querido.
Para que las vacunas permitieran alcanzar la inmunidad de grupo deberían ser capaces de reducir significativamente la transmisión del virus. Si esta premisa no se cumple, la vacunación termina siendo una opción individual, respetable, pero sin repercusiones sociales.
Esto hace que la urgencia por conseguir vacunar a toda la población o la imposición de pases Covid para acceder a espacios públicos se conviertan en medidas absurdas e, incluso, contraproducentes, porque crean una falsa sensación de seguridad.
Ante la gran cantidad de datos que demuestran que las vacunas no son capaces de disminuir la transmisión de la Covid, no tiene ningún sentido implantar «pasaportes de vacunación» que discriminan a las personas que optan por no vacunarse.
¿Y qué piden estas personas en su manifiesto?
1. La inclusión de los tratamientos tempranos en la estrategia para afrontar la Covid.
2. Una moratoria en la vacunación de menores de edad, dado que en ellos la incidencia de la infección es muy reducida y los efectos adversos de la vacunación son más habituales y graves.
3. Los intentos de establecer algún tipo de «pasaporte Covid» y la discriminación de las personas no vacunadas en todo tipo de espacios y servicios públicos deben ser desestimados.
4. No nos parece lógico seguir destinando el grueso del gasto público en salud a nuevas compras de vacunas ni de otros tratamientos caros y poco documentados mientras no se estudien otras posibilidades de tratamiento con fármacos de menor coste y probada seguridad.
5. Reclamamos el libre acceso público a los textos íntegros de los contratos ya establecidos con las multinacionales farmacéuticas.
6. Exigimos un mayor esfuerzo de inversión en el sistema de salud pública, tanto en medios materiales como en personal.
7. Reclamamos, en cuanto sea posible, la eliminación de las medidas de control restrictivas de la movilidad y de las relaciones interpersonales.
Merece la pena que leáis el texto entero, sus peticiones y propuestas y que apoyéis este manifiesto.
Miguel Jara
(Visto en http://www.migueljara.com/)