Y como todo buen veneno para roedores, matan lentamente para que el resto no los relacione con el cebo.
Sorprende que todavía quede tanta gente tratando de ignorar las evidencias.
Los esbirros del NOM han comprado a las autoridades sanitarias y políticas en todo el mundo además de a los grandes medios de comunicación y los biólogos, pero hay algo que en todo crimen es lo más difícil de ocultar: los muertos.
Deshacerse de un cadáver es difícil, de centenares de miles mucho más.
Por eso hay varios gremios a los que no se puede engañar, que no son otros que las funerarias, los seguros y los notarios.
Entre ellos hay colaboracionistas que no quieren problemas mientras el negocio funcione ¡y vaya si funciona! pero también hay gente honesta que nos lo cuenta.
Hace ya meses que empecé a llamarlas “repentinitis”.
“Era mayor” dicen algunos, lo curioso es que ese “era mayor” cubre una franja entre 70 y 90 años, edades entre las cuales hay ni más ni menos que ¡20 años de vida!
Se nos olvida que alguien de 70 años tiene por delante mucho que vivir.
Esos que “eran mayores” lo eran también el año pasado, y el anterior, pero se mueren AHORA, después de inocularse.
La otra excusa es “tenía una enfermedad previa”, si claro ¿y quien no a cierta edad? pero también la tenía hace un año y TAMBIÉN se murió ahora.
Estas son las evidencias que no pueden esconder, y que los medios sobornados no nos cuentan.
No me crea, investigue por su cuenta, pregunte, observe y lo comprobará usted mismo si es capaz de salir del antifaz que le han puesto.
¡Por Dios cuántos muertos más necesita usted ver para abrir los ojos!
Hermano creyente, por favor mira por ti mismo los datos de mortalidad.
Es curioso que la percepción del miedo hizo ver muertos “COVID” que eran por otras patologías e incluso accidentes porque morían con PCR fake positiva, cuando había menos de la mitad que ahora; sin embargo esas mismas personas que están viendo y leyendo cada día fallecimientos repentinos de inoculados no tienen esa percepción por la frase mágica “las vacunas funcionan”, en efecto, funcionan letalmente bien.
Fernando López-Mirones
